Metodología RAD: qué es y sus ventajas

Por Redacción HostingPlus

Publicado en:

A la hora de desarrollar aplicaciones, existen diferentes métodos completamente viables y accesibles en función de la situación particular del proyecto, siendo la metodología de cascada uno de los más habituales y reconocidos. Pese a su popularidad, esta estrategia cuenta con un gran defecto dada la profundidad que requiere cada una de sus fases: es extremadamente complejo volver a una etapa anterior del proyecto.

Por este motivo, son muchos los desarrolladores que buscan alternativas a la metodología en cascada, ya que esta puede generar muchos retrasos si el cliente solicita algún tipo de modificación durante el procedimiento. La metodología RAD es una de las más interesantes en el mercado actual, puesto que se adapta a las tendencias cambiantes y exigentes del mismo.

 

Qué es la metodología RAD y para qué sirve

La metodología RAD, o modelo de desarrollo rápido de aplicaciones RAD, es un método de desarrollo de aplicaciones de software basado en creación de prototipos sin una estructuración ni planificación específica. En cambio, se priorizan las tareas de desarrollo, las cuales deben ser desarrolladas en cortos periodos de tiempo, por lo que la opinión de los usuarios y el propio uso del programa es más importante que la planificación estricta durante su desarrollo.

Este modelo se introdujo por primera vez en el año 1991 por James Martin, y ha ganado popularidad hasta convertirse en uno de los métodos de desarrollo más potentes de la actualidad. El autor engloba cuatro factores principales que dan forma al modelo RAD:

  1. Personas.
  2. Herramientas.
  3. Metodología.
  4. Gestión.

 

Etapas de la metodología RAD

La RAD como metodología es muy interesante y ofrece un amplio abanico de posibilidades a sus usuarios, ya que se centra en mejorar los procesos a través de una constante revisión del feedback proporcionado por el cliente. Veamos sus fases y desarrollo.

 

Fase 1. Requisitos del proyecto

La primera etapa consiste en hacer un planteamiento global del proyecto en cuestión, concretando sus requisitos principales a cumplir: objetivos, plazos, presupuesto, expectativas… Una vez realizada esta planificación inicial, la dirección debe aprobarla antes de comenzar a desarrollar el software.

 

Fase 2. Diseño de los prototipos

La primera etapa es totalmente necesaria para comenzar con el diseño de los prototipos, ya que nos permite medir el alcance y las condiciones necesarias para su debida puesta en marcha. Con ello, los profesionales tendrán que trabajar junto a los clientes para llevar un buen desarrollo de los prototipos, buscando siempre ofrecer la mejor solución final posible.

 

Fase 3. Feedback del usuario

En fases beta y prototipos, es imprescindible efectuar una amplia recopilación de la información que nos proporcione el usuario de la aplicación. Se trabajará con base en esta información, mejorando los prototipos y respondiendo a las exigencias y demandas del cliente.

 

Fase 4. Prueba del producto

Antes de dar el proyecto por finalizado, es necesaria una fase exigente de pruebas, para comprobar que todas las exigencias y requisitos planteados en el primer punto se cumplen y la calidad del producto es óptima. No debemos dejar de tener en cuenta las opiniones del cliente, ya que estas nos seguirán sirviendo para optimizar el funcionamiento y ajustarlo a sus necesidades.

 

Fase 5. Presentación de la aplicación y lanzamiento

Tras finalizar las comprobaciones y asegurarnos de que el producto cumple con los requisitos, es el momento de presentarlo, convirtiendo los datos y formando al usuario para que tenga todas las capacidades necesarias a la hora de utilizarla, y, posteriormente, lanzarla definitivamente.

 

Ventajas del desarrollo rápido de aplicaciones (RAD)

El modelo de desarrollo rápido de aplicaciones cuenta con varias ventajas notables e interesantes para los profesionales del sector:

  • Integración de sistemas temprana. El modelo RAD no necesita esperar al final del proceso para comenzar a realizar integraciones con otros servicios, ya que estas se realizan de forma temprana para detectar errores y resolverlos inmediatamente.
  • Progreso evaluable. Gracias a las iteraciones ejecutadas de manera constante, tendremos la posibilidad de medir el avance del progreso en cualquier momento, pudiendo evaluar el cumplimiento de los requisitos.
  • Feedback constante. Los comentarios y opiniones de los usuarios son una de las grandes claves de este proceso, por lo que la retroalimentación que se exige es constante a lo largo del mismo, consiguiendo que el proyecto se evalúe frecuentemente durante su desarrollo.
  • Menor codificación manual dada la reutilización y el uso de generadores de códigos. En consecuencia, se pueden generar códigos perfectamente productivos en un plazo menor de tiempo.
  • Compartimentación. Los componentes del sistema se encuentran divididos en diferentes compartimentos, ya que estos deben ser funcionales e independientes, por lo que se pueden moldear y modificar en función de las necesidades del usuario y del propio software.

 

Hemos visto las características principales, las ventajas y el procedimiento a seguir para implantar la metodología RAD. Esta supone una interesante opción de desarrollo de aplicaciones, ya que es muy flexible, nos permite adaptarnos a los cambios y facilita la obtención de productividad.